Tras nueve meses de investigaciones, los geólogos Robert Ixer, de la Universidad de Leicester, y Richard Bevins, del Museo Nacional de Gales, han llegado a esa conclusión después de comparar más de 700 fragmentos de roca recogidos en las inmediaciones de Stonehenge con un yacimiento de Craig Rhos-y-Felin (Gales). La tasa de coincidencias que arrojó el estudio de la petrografía, el proceso que detalla el contenido mineral y las relaciones de texturas en el interior de la roca fue del 99%.
El descubrimiento alrededor de este monumento, que data de entre el año 3000 y el 1600 antes de Cristo, refuerza la teoría avalada por los arqueólogos de que las rocas fueron transportadas por el hombre prehistórico, en contraposición a la hipótesis sustentada por los geólogos, que son más partidarios de que hubieran sido desplazadas por la acción de los glaciares. De hecho, otras universidades, como la de Sheffield, ya habían trabajado anteriormente en la línea de investigación de posibles canteras prehistóricas.
Incógnitas sin resolver
Sin embargo, la enorme cantidad de esquirlas de piedra encontradas en el monumento algunas de menos de 50 gramos arrojan nuevos interrogantes sobre su origen. La teoría más consolidada es que proceden de las tallas que realizaron los hombres prehistóricos durante el Neolítico para dar mejor forma a las rocas, aunque otras hipótesis barajan la posibilidad de que algunos monolitos fueran destruidos y reciclados en hachas de piedra bajo la creencia de que tuvieran poderes mágicos. En este sentido, otros equipos de investigadores desplazados a la zona, como los de la Universidad de Birmingham, ya están realizando exámenes geofísicos para descartar otros monumentos."Ahora tenemos una fuente concreta sobre la que trabajar para dar respuesta a la pregunta que ha generado tanto debate", sostiene Bevins. Sin embargo, y a pesar de que su colega Ixer califica el hallazgo de "inesperado y emocionante", restan otros enigmas por descubrir. El primero de ellos es la procedencia del resto de las rocas, puesto que la mayoría de los fragmentos examinados hasta ahora tan sólo se corresponden con menos del 10% de los monolitos.Algunos investigadores, como Tim Darvill de la Universidad de Bournemouth o Geoffrey Wainwright, ex arqueólogo jefe de Patrimonio Inglés, creen que las rocas de Pembrokeshire podrían haber estado asociadas a manantiales sagrados, con un marcado significado mágico.
Los Crómlechs son monumentos megalíticos formados por piedras o menhires clavados en el suelo y que adoptan una forma circular o elíptica:
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