Las verduras son alimentos muy saludables que con frecuencia cuesta incluir en la dieta infantil, quizá por ello, los padres y adultos cuidadores de niños han desarrollado variadas estrategias para que los peques incluyan vegetales en su alimentación habitual. Aunque algunas de ellas no son aconsejables por expertos, hoy te recomendamos para que los niños se coman la verdura, dar recompensas no alimentarias.
Según se ha probado en un estudio británico, los niños que rechazan verduras y son recompensados por aunque sea probar una pequeña ración del vegetal no deseado, culminan incorporando los alimentos antes despreciados. Eso sí, las recompensas orales como ¡Enhorabuena por lo que has consumido! o ¡eres un campeón! no funcionarían así como tampoco son aconsejables las recompensas alimenticias que llevan a formar ideas erróneas sobre los alimentos.
Las recompensas pequeñas como una figurita adhesiva cada vez que el niño prueba una pequeña ración del vegetal habitualmente rechazado cambiarían la actitud hacia el alimento en el niño de manera progresiva y duradera, de manera que los pequeños evaluados que recibieron la recompensa no alimenticia consumieron más cantidad de verduras y estaban interesados en su consumo en mayor medida que los peques que fueron incentivados con comentarios orales o con otras técnicas culinarias por ejemplo, para consumir más verduras.
Personalmente creo que el uso de recompensas debe ser adecuado y medido, pues de lo contrario, el peque pedirá siempre algo a cambio. Sin embargo, en algunos niños y en situaciones específicas éste recurso de recompensas no alimentarias puede ayudar para que las verduras adquieran un lugar en la dieta infantil.
De todas maneras, la mejor forma de acostumbrar a los niños a consumir verduras es volverlas habituales en casa, presentarlas cada día, consumirlas en familia y de formas variadas, de manera de volver cotidiano y un hábito, su ingesta.
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