La concentración de la población en ciudades y sus aceleradas formas de vida y movilidad representan uno de los mayores desafíos para enfrentar un futuro sostenible. Más de la mitad del mundo vive ya en ciudades. En Europa el 80% de los habitantes son “urbanitas”. Las ciudades, como centros económicos, culturales y sociales, provocan importantes impactos ambiéntales internos y externos que repercuten en otros sistemas rurales. A la necesaria planificación integrada, considerando conjuntamente lo urbano y lo rural, hay que añadir nuevas formas de gestión sostenible y participativa estableciendo un diálogo estratégico entre el campo y la ciudad en aras de la sostenibilidad y la cohesión territorial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario